Como sabéis, si sois activos participantes en el Proyecto Ríos o ávidos lectores de este boletín, durante el mes de mayo, un grupo de voluntarios junto con los técnicos del proyecto participamos en una jornada un tanto peculiar. La actividad consistió en la colocación de una serie de sustratos artificiales a lo largo de cinco zonas preestablecidas de un tramo del río Camesa.
El objetivo de dicha iniciativa es la monitorización de ciertos parámetros –producción primaria, descomposición de materia orgánica y calidad biológica de las aguas– a través de novedosas metodologías. Los sustratos utilizados para el desarrollo de la actividad han sido baldosas (utilizadas como sustrato de crecimiento de algas epilíticas), depresores bucales (expuestos al medio para medir la actividad de los organismos descomponedores de materia orgánica) y ladrillos (que proporcionan un hábitat para macroinvertebrados y facilitan la recogida de estos en lugares poco accesibles).
Durante el mes de septiembre tendréis una nueva oportunidad para acompañarnos al río y participar en el muestreo otoñal.
Esta experiencia servirá para probar el método, adaptarlo al uso por parte de los voluntarios y pretende, en último término, su implementación en las inspecciones fluviales dentro del Proyecto Ríos.
Tanto el desarrollo metodológico, como ciertos materiales utilizados en la experiencia, han sido aportados por el Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, centro de investigación de referencia en el estudio del ciclo del agua en todas sus facetas. Así mismo, el IH Cantabria ha cedido desinteresadamente sus instalaciones a Red Cambera para poder llevar a cabo el trabajo de laboratorio que requiere el procedimiento.
Esta actividad se enmarca en el programa formativo del Proyecto Ríos durante el año 2013. Está financiado por la Consejería de Medio Ambiente, Urbanismo y Ordenación del Territorio del Gobierno de Cantabria, a través del Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA).