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Actividad

Celebradas las “V Jornadas en torno a la Estrategia Cántabra de Educación Ambiental”

Torrelavega acogió entre la tarde del viernes 19 de abril y el sábado 20 de abril, las “V Jornadas en torno a la Estrategia Cántabra de Educación Ambiental” en el CEDREAC, organizadas por la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Urbanismo con el objetivo de revisar la actual estrategia formalizada en 2001 para observar su vigencia o necesidad de reformulación.
La presentación institucional del viernes tarde contó con la asistencia de 65 personas, quizás fruto de la inédita mesa compuesta por representantes de tres consejerías: Desarrollo Rural, Educación y Medio Ambiente. Lamentablemente, esta bienintencionada acción conjunta no se tradujo en el éxito en el trabajo del sábado, con 33 participantes por la mañana y 26 por la tarde. De éstos, aproximadamente 10 eran profesores que asistían a las jornadas en busca de un crédito universitario, que sin quitar mérito a su trabajo, se ha de reconocer que no fuesen las personas más adecuadas para evaluar el seguimiento de una estrategia que no conocían.
Tras los discursos cargados de la clásica polisemia política, donde se subrayaron los conceptos de «Acción, Participación y Voluntariado» como ejes vertebradores de sus planes, intervino de forma concisa la Asociación para la Promoción de la Educación Ambiental en Cantabria (APEA) para hacer un rápido repaso del camino recorrido desde 2001 y para presentar la metodología de las jornadas.
La indiscutible realidad nos la encontramos en las 9 mesas de trabajo “activo, voluntario y participativo” con las que se pretendía representar al mapa cántabro en educación ambiental, y con únicamente 7 personas que habían trabajado de forma continua desde 2001. Tras el trabajo conjunto bien diseñado por los organizadores y con los problemas de la falta de conocimiento previo de los participantes se podría concluir lo siguiente:

  • La Estrategia ya no funciona. Empezó en 2001 con fuerza y valorándose muy positivamente el impulso institucional desapareciendo los grupos de trabajo casi desde el principio.  Ya casi no se conoce y hay enorme dependencia institucional. Existe una dudosa representatividad de la misma y no se consigue sacar una conclusión sobre acción-estructura para trabajar en necesarias nuevas líneas de acción.
  • El contexto ha cambiado necesitándose una nueva estructuración. Los objetivos iniciales se van quedando atrás, proponiéndose ejes a medio y largo plazo para las crisis económica y sobre todo energética. Se necesita adecuar el trabajo al decrecimiento y a los procesos de transición energética.
  • Las enseñanzas de la educación ambiental en Cantabria no están propiciando un cambio real hacia la sostenibilidad. La participación ciudadana no es efectiva y decisoria, el voluntariado no es propositivo y la gestión depende casi exclusivamente de la connivencia entre subvenciones y el trabajo de asociaciones, empresas y profesorado.  Por último la gestión territorial no va más allá de la política y la gobernanza se aplica con cuentagotas.
  • No se observan ni adaptan las sinergias de otros territorios, comunidades y movimientos internacionales a la hora de adecuar la estrategia de educación ambiental.

Por último, se hizo un esfuerzo en imaginar una futura red entre los participantes para, con un intercambio de los propios recursos, cubrir ofertas y demandas que se señalaron, sobresaliendo entre éstas la necesidad económica.  El resultado quedará claro en el informe a publicar en junio por la organización.  Esperemos que las contradicciones, necesidades y, sobre todo, el reinicio del trabajo, pueda incluir a las buenas voluntades políticas expresadas. Todo esto, necesariamente sí o sí, sin oportunismos, sectarismos, ni desconfianza. Si no fuese así, es que no hemos aprendido nada en estos 12 años de Estrategia. Fuerza y valentía para todos.