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Al pensar en un Parque Nacional, uno se imagina un lugar con un estado de conservación casi prístino, donde podemos encontrar un ecosistema con un alto grado de naturalidad y en donde las comunidades botánicas y faunísticas encuentran un refugio sin parangón. Es decir, un lugar donde la conservación de la naturaleza es lo primordial y más importante, ya que hay que recordar que un Parque Nacional es la mayor figura de protección que puede haber en cualquier país.
En el caso de España parece que los Parques Nacionales funcionan más como un mero reclamo turístico, antes que como un lugar donde verdaderamente se prioriza la conservación de la naturaleza, frente a cualquier uso turístico o económico. Ejemplos de esto no nos faltan desgraciadamente en los últimos tiempos. Por citar un caso, en Monfragüe se ha aprobado recientemente la navegación recreativa por el río Tajo, dentro de los límites del propio Parque Nacional, a pesar del enorme perjuicio que ello puede ocasionar sobre al avifauna que se reproduce en los acantilados ribereños y cuya conservación y protección era el principal supuesto motivo para proteger esta zona con la mayor figura de protección de ámbito estatal.
En el caso del Parque Nacional de los Picos de Europa el despropósito es mayúsculo. Recientemente la Ministra de Medio Ambiente, la señora Tejerina, anunciaba la intención de construir una carretera de nuevo trazado entre Fuente Dé y el puerto de Pandetrave, en una zona sensible para especies como el oso pardo, el lobo ibérico o hasta el urogallo cantábrico, con presencia en la zona hasta fechas recientes. El objetivo, atraer más visitantes a la zona leonesa del Parque Nacional.
Por si esto fuera poco, se recogen en prensa noticias sobre la intención de ahuyentar, e incluso capturar y trasladar a otros lugares, ejemplares de águila real, que denominan “conflictivos”, porque han atacado dentro de su territorio a los quebrantahuesos liberados dentro un millonario proyecto de reintroducción de la especie dentro del área protegida. Hay que recordar que el águila real es también una especie amenazada (catalogada como Vulnerable) y que cría en dicho lugar desde hace décadas. ¿No hay otros lugares posibles de suelta sin presencia de águilas reales territoriales?.
Podemos hablar también del sangrante caso del lobo ibérico dentro del Parque Nacional, perseguido legal e ilegalmente (el famoso caso del lobo Marley, el exterminio de la manada de San Glorio, etc.). Hay que recordar que Picos de Europa es el único Parque Nacional de España donde habita la especie, aunque parece que aquí tampoco está garantizada su conservación y protección.
Con estos antecedentes dejamos en el aire las siguientes preguntas, ¿cuál es el objetivo verdadero de un Parque Nacional?, ¿sirve realmente para proteger los valores ambientales de un determinado lugar?.