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Actividad

¿Son efectivas por sí mismas las Áreas Marinas Protegidas de gran tamaño?

En el ámbito continental, esto es, en tierra firme, uno de los paradigmas básicos derivados de la disciplina científica denominada Biología de la Conservación es la designación de espacios protegidos para la conservación de la naturaleza amenazada. Tras un primer rechazo social generalizado allá donde se designaban estos espacios naturales, incluyendo la persecución directa de personas señaladas, en las sociedades más desarrolladas (desde el punto de vista económico) ha ido calando la idea de estos espacios pueden convertirse en el motor socio-económico del ámbito rural. Desafortunadamente, en otras sociedades y ámbitos, en el inicio del siglo XXI aún se siguen asesinando personas por el simple hecho de defender la protección de espacios naturales, incluso en países que se jactan de su ‘desarrollo’ (Mundial de fútbol, Juegos Olímpicos, …), obviando esta conversión que ya se ha producido en aquellos países en los que, paradójicamente, se miran al espejo del desarrollo. Todo esto es lo que acontece en tierra firme, mientras el medio marino, unas dos terceras partes de la superficie del planeta, no ha recibido atención en este sentido hasta finales del pasado siglo.
No obstante, en la última década la conservación marina ocupa un puesto destacado en las agendas políticas en materia de conservación del medio ambiente. Por supuesto, las mismas reticencias que aparecieron en cuanto a la designación de espacios protegidos en el continente son otra vez punta de lanza de la sociedad en cuanto a la designación de una zona marina como área protegida, más si cabe, si esta se localiza en alguna zona donde la actividad pesquera es importante. ¡Oh casualidad! Resulta que las áreas que concentran la mayor biodiversidad marina y las zonas con mayor biomasa pesquera coinciden en la práctica totalidad de las ocasiones. En línea con los objetivos globales acordados por la Convención sobre Diversidad Biológica la designación de áreas marinas protegidas (en adelante AMPs) está incrementándose rápidamente. Sin embargo los beneficios socio-económicos que generan siguen siendo difíciles de predecir y continúan siendo objeto de debate. A menudo las AMPs no consiguen alcanzar su potencial debido a factores como la pesca furtiva, las regulaciones legales que permiten pescar (aún siendo perjudicial) o la emigración de animales fuera de sus límites a consecuencia de la continuidad del hábitat o de un tamaño inadecuado de la AMP.
Recientemente la revista Nature ha publicado una revisión firmada por 25 científicos donde analizan los beneficios socio-económicos derivados de la designación de casi 90 AMPs en todos los océanos del planeta.  Estos autores muestran que los beneficios de designar AMPs se ven exponencialmente incrementados cuando éstas acumulan cinco características clave: (i) se prohíbe cualquier tipo de pesca,  (ii) son respetadas, (iii) tienen (al menos) 10 años de vigencia, (iv) su extensión es mayor de 100 km2, y (v) están aisladas por zonas de aguas profundas o arena. Tomando las AMPs que acumulan al menos cuatro de estas características como referencia (‘AMP efectivas’), estos autores muestran que la biomasa total de peces disminuye alrededor de dos terceras partes en las zonas costeras designadas como AMPs como resultado de la pesca. Estas ‘AMP efectivas’albergan también el doble de especies de peces grandes (mayores de 25 cm) por unidad de espacio, una biomasa de los mismos cinco veces mayor y una biomasa de tiburones hasta 14 veces más elevada que en las áreas donde la pesca está permitida. Paralelamente, casi el 60% de las AMPs estudiadas cumplían solo con una o dos de las características señaladas y, lo más relevante, no eran distinguibles en términos ecológicos de otras áreas donde la pesca estaba permitida.
A modo de conclusión los resultados de este estudio muestran claramente que los objetivos de conservación basados únicamente en el tamaño de las AMPs no sirven para optimizar la protección de la biodiversidad marina. Es necesario, por tanto, poner un mayor énfasis en el diseño de estas AMPs, incluyendo una gestión a largo plazo y, elemento crucial, la conformidad social con la AMP para garantizar que éstas puedan llegar a ser válidas para la conservación de la biodiversidad marina. ¿Volvemos al principio de este artículo? ¿Recordamos de nuevo lo acontecido con los espacios protegidos en el continente? ¿O mejor analizamos y reflexionamos sobre los beneficios a largo plazo de conservar de manera efectiva, y no de cara a la galería, nuestra biodiversidad? El reto está ahí.
 

REFERENCIA
Edgar GJ y otros 24 autores.2014. Global conservation outcomes depend on marine protected areas with five key features. Nature 506: 216-220.